domingo, 12 de junio de 2016

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                                                      Un mundo feliz

Un mundo feliz es una novela escrita por el británico Aldous Huxley en 1932, y está ambientada en una sociedad futurista ( el "Estado Mundial”) totalmente controlada y planificada. Tanto es así, que los ciudadanos están divididos en castas (Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones) de los cuales no pueden salir, y les condicionan a creer que el suyo es el mejor y es donde más felices pueden ser. La historia cuenta cómo, a pesar de que hacen creer a cada miembro de la sociedad que es feliz, siempre hay alguien que se plantea lo contrario, que se rebela. Y, como no podía ser de otra manera, el Estado los quita de en medio para mantener en pie su sistema “perfecto”.

El libro muestra una sociedad posible, a pesar de que pensemos que somos libres y que nadie nos controla, no es así. Simplemente describe los Estados actuales llevados al límite, en los que por tener todo controlado gracias a la ciencia y sus avances, renunciaríamos al arte, a la libre expresión, a la familia, al dolor, a todo lo que nos hace humanos y nos diferencia de las máquinas. No existe el individuo, sino el colectivo, deben servir a la sociedad, porque la moralidad impuesta a través de la hipnopedia se lo dice. Les enseñan desde pequeños a no temer a la muerte, sino a verla como algo útil. Todos creen ser felices, pueden conseguir lo que quieran cuando quieran, pero, el hecho es que solo quieren lo que el Estado elige.
Un tema tratado constantemente es el nacimiento y la familia. No hay. Ser estéril es un don, puesto que las palabras padre, hijo, familia, etc., son las más obscenas del vocabulario. Son creados en tubos de ensayo, y no de uno en uno, son producciones en masa, todos iguales de cada vez. ¿Y qué pasa si alguien se rebela o piensa diferente? Lo mandan a una isla. Así de fácil.
Pero, en el mundo también quedan restos de la antigua civilización, hay pequeños grupos de salvajes a los que se puede visitar como a los animales del zoo. Ahí creen en Dios, en la literatura, en las diferencias, en las bodas, y en la familia. Por eso llama tanto la atención, los pertenecientes a la sociedad “avanzada” no se explican cómo es posible la vida de esa manera. De ahí sale John, o Mr. Salvaje para los ciudadanos. Intenta introducirse en la sociedad, pero es incapaz. Su humanidad no le permite encajar. Teme y llora a la muerte, cree en el arte, y en Dios, y no soporta vivir donde eso no existe. Eso lo lleva a escapar, a refugiarse, y aislarse de esa locura, pero llama aún más la atención. La única manera que tiene de escapar de ese “mundo feliz” es con la muerte. Así que, ¿realmente es un mundo feliz, o, una dictadura tan extrema que hacen creer a la gente que es feliz?

Patricia Andión Marchena
Andrea Mª Gayoso Rodríguez        1ºBAC-B

EL FASCISMO DE LA POSESIÓN INMEDIATA


El fascismo ha adquirido muchas definiciones y matices a lo largo de los años. Antes era un insulto hacia la persona, un sinónimo de barbarie.

Aún en el día de hoy, se utiliza el significado del siglo pasado. Dices fascista, y aún piensas en bárbaros, con una indumentaria especial ( camisas negras, esvásticas ) que siguieron una brutal ideología. Pero no es el fascismo histórico de lo que hablamos. Es el fascismo de la posesión inmediata.

Este tipo de fascismo no es una doctrina sobre el poder del Estado, es el peligro de una táctica silenciosa: veo algo y lo quiero inmediatamente, ¿qué importa el medio para conseguirlo? Probablemente este sea el único punto en el que coincidan el antiguo con el que emana en nuestra sociedad actual.

El protagonista de esta nueva forma, es el adolescente. Este, no está situado en el mundo, se encuentra en busca de su camino, buscando su manera de vivir y de ser. Ese vacío, es una de las causas de este consumismo. Por ejemplo: un amigo de éste, compra un objeto nuevo, fashion , y a nuestro protagonista se le ocurre comprárselo, para obtener la atención de los demás. Yo también lo tengo. Aquí lo importante es presumir. Y ¿quién promueve esta codicia? ¿esta necesidad de bienes de lujo? El capitalismo. Exhibicionismo puro, es el método para encontrar la felicidad, para pertenecer a un grupo. ¿Qué importan las necesidades básicas, cuando puedes tener unas nike por “solo” 100 euros?

Según el capitalismo, la vida verdadera, la vida repleta de felicidad, es la que tiene como punto principal la propiedad. Cuanto más tengas, mejor. Y cuando no haya más que consumir, tranquilo mi estimado cliente, mañana habrá algo totalmente nuevo a su disposición, bueno a disposición de su cartera. ¿No tiene el dinero suficiente? No se preocupe, para que estan los préstamos, que nunca llegará a devolver a ese banco? Compre, compre lo que quiera, después nosotros nos llevaremos el beneficio, sea por su dinero, terreno, su casa…

Los partícipes de este fascismo, son cómplices o por ignorancia, falta de cultura, o porque están ciegos ante las desigualdades. ¿Dónde está la empatía? ¿dónde está la consciencia de los actos?. Estamos en una sociedad, controlada por instituciones, no por un Estado que lleva el sinónimo de sector público. Nos gobiernan los deseos más animales. Como decía Stuart Mill: hay que saber comparar los deseos, por educación o auto-reflexión. La sociedad debe obtener la felicidad mediante la igualdad, la repartición de bienes...Nosotros, individuos debemos dejar a un lado, distintas libertades individuales, para mantener un bien común.

La educación debería ser la clave para arreglar el fascismo de la posesión inmediata, sin embargo, cuando nuestros indiferentes gobernantes, quieran admitirlo, será demasiado tarde. El Estado, mediante el capitalismo, crea falsas ideologías y necesidades, luego sin piedad, las introduce en nuestra cabeza, ya desde pequeños, creando un vacío: la ignorancia. Ya no sabemos qué es qué. Quién es el “bueno” y quién el “malo”. Solamente intentamos luchar contra la represión, pero eso es lo que somos. Nosotros mismos nos reprimimos, no nos paramos a conocer otros mundos e ideas que puedan servir para mejorar. Copiamos y pegamos. Generación tras generación, solo añadimos matices. Pensamos: Total, ¿qué más dá? yo disfruto MI vida, ¿los demás? que se la curren, ¿y los que vengan detrás? que se las apañen con lo que les dejamos.

Dediquémonos a mejorar, no a continuar como “zombies” serviles a un gobierno corrupto. No es necesario un Dios inventado, para echarle la culpa a alguien de la decadencia económica, la miseria y la falta de medios.No pedimos revelarnos contra nosotros mismos. Pedimos la unión del pueblo ( que somos todos ), para vivir probablemente en lo que hoy creemos que sólo puede llegar a ser una utopía.

Andrea Mª Gayoso Rodríguez
           1ºBAC-B