El llamado Frente Popular: el Partido Socialista Obrero Español, el Partido Comunista, la izquierda Republicana... Este ganó las elecciones en 1936 aumentando así los ataques de los partidos derechistas y franquistas.
Los militares planearon una sublevación contra la República. En abril de ese mismo año fue asesinado Andrés Sáenz de Heredia (primo de José Antonio Primo de Rivera) a manos de las milicias de la juventud socialista. La venganza fue el asesinato del jefe de las milicias José Castillo.
Dando lugar a otro ataque de la izquierda, que eliminó al derechista José Calvo Sotelo (diputado de Renovación Española), dando como resultado un planificado golpe que dio lugar a la Guerra Civil española.
La sublevación militar se inició el 17 de julio, y poco después la Pasionaria, Dolores Ibárruri, llamó a los republicanos, antifascistas y obreros a resistir y luchar por la República (Doc. 1).
Con el inicio del conflicto, los países europeos se posicionaron en uno u otro bando. Aún así, constituyeron el Comité de No Intervención, pues consideraban que era un problema que la propia España debía resolver, pero los principios del comité fueron ignorados desde el primer momento, sobretodo por los aliados fascistas, Alemania e Italia, que lo hacían bajo la excusa de la lucha antibolchevique (Doc. 2), cuando en realidad se movían únicamente por intereses propios (la práctica para una posible Segunda Guerra Mundial).
Franco también contó con ayuda de Marruecos y América, lo que fue decisivo para su victoria.
La República, que solo se vio apoyada por la URSS y Brigadas Internacionales, contó con muchas dificultades, pues Francia e Inglaterra se mostraban reticentes a ayudar, temiendo romper la paz con la Alemania Nazi .
En España, la izquierda se dividía. (Doc. 3, 4 y 5). La CNT y la FAI, continuando con la revolución bolchevique, buscaban un gobierno del pueblo y para el pueblo; el PCE defendía la República Democrática, y la UGT, liderada por el presidente y anterior ministro de trabajo de la República, Largo Caballero, apoyaba la lucha contra los sublevados para llevar a cabo cuanto antes una revolución del proletariado.
Tres meses después del golpe, la Junta de Defensa proclamó a Franco “Generalísimo de los Ejércitos” y “Jefe de Gobierno”, otorgándole todo el poder militar y político. Tras estose disolvió y se constituyó, como órgano consultivo, la Junta Técnica del Estado. El líder de la CEDA, Ramón Serrano Suñer, convenció a Franco para formar un régimen de partido único tomando como ejemplo el italiano, a través de la unificación de la Falange y la Comunión Tradicionalista, constituyendo la “Falange Española Tradicionalista y de las JONS”, basado en los principios de la Falange (Doc. 6).
La falta de apoyos, unida a la fragmentación y revueltas del bando republicano, derivó en el avance de los sublevados, acabando así con la resistencia de la izquierda. El 28 de marzo de 1939 cae Madrid, y en los días posteriores, las últimas capitales de provincia en la que aguantaban los últimos republicanos: Albacete, Almería, Ciudad Real, Jaen, Valencia, Alicante, y por último, el día 31, Murcia y Cartagena.
Al día siguiente, Franco publica su último parte de guerra, en el que proclama su victoria y el fin del conflicto (Doc. 7). Con un resultado de unas 600.000 víctimas mortales y el equivalente en exiliados, así terminó el enfrentamiento previo a los más de 35 años de franquismo, censura y opresión que definieron a España durante décadas. La consecuencia principal fue el final de la “República democrática de trabajadores de todas las clases”, proclamada en 1931, y el posterior inicio de la Segunda Guerra Mundial.
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